La História de Johnny Crime | De: Mark Hinojosa
13.01.2017 15:04
Soy Johnny Peterson aun que todos me conocen como Johnny, soy un chico de 13 años al que desde hace tiempo le fascinan las series de comedia donde aparecen payasos y salen humillados por los niños a los que debe divertir. Soy muy feliz, tengo una vida bastante normal, mis padres se quieren, mis amigos me adoran, todos me conocen y me saludan por la calle cuando me ven pasear, es todo muy genial. Tengo un hermano mayor, al que admiro mucho, de mayor quiero ser como el, el trabaja en un laboratorio como químico, y siempre me cuenta historias, anécdotas del laboratorio dónde trabaja, una vez me contó que antes el laboratorio donde trabaja, era antiguamente una cárcel de alta seguridad, y que hace 20 años, se incendió por un accidente de cortocircuitos y todos murieron abrasados y aplastados por el inmenso poder que tiene las llamas del fuego, sin duda era algo muy escalofriante, ya que se dice que un día antes del accidente, un preso llamado Mark Myers, se suicidó tras ser condenado a cadena perpetua por el asesinato de toda su familia utilizando un cuchillo, y que su cuerpo se quemó pero su espíritu sigue vagando por la ciudad en busca de un corazón con sed de venganza en el que apoderarse para vengarse de todos los que viven en la ciudad. Un día, como cualquier otro, mi hermano Michael Peterson, llego a casa algo raro, yo le pregunté que le sucedió, y el con el rostro perturbado dijo:él está cerca''. y seguido cayó al suelo, y pocos minutos después de desplomarse, murió sin ninguna explicación lógica, en ese momento no supe que hacer, mi corazón empezó a palpitar con mucha fuerza y velocidad, y empecé a sudar, mis ojos se volvieron rojizos y mis lágrimas iban liberándose, bajaron lentamente por mi cara, hasta que finalmente cayeron sobre mi hermano, el cual se encontraba en el suelo sin vida.
Mi madre Sara Smith y mi padre Jeffrey Peterson, se acercaron corriendo hacia el cuerpo desplomado y sin vida de mi hermano, mi madre empezó a llorar y gritar: ¡por qué eres tan injusto con nosotros señor!, mi padre no pudo aguantar más sus lágrimas y finalmente las dejó caer sobre el pecho de Michael. 4años después de la muerte de mi hermano, mi madre cayó enferma, mi padre ya mayor, no podía hacer nada salvo rezarle al señor y esperar, era muy duro, no podía creer que mi vida iba a cambiar de esta forma tan rápido. Ahora tengo 17 años, trabajo en una clínica de animales llamada Pet's Farmace, ganaba muy poco pero lo suficiente como para poder comprarle las medicinas que necesitaba madre, unos meses más tarde, mi padre halló a mamá en la cama sin vida, se le veía en paz, su rostro sonreía con delicadeza, por fin era libre de su propia tortura, la de culparse de la muerte de mi hermano. Esa misma noche, no podía dormir, mis sueños estaban bloqueados, no sabía lo que me estaba ocurriendo, era como si no fuese el mismo, no sé por qué pero me llamó mucho la atención el laboratorio donde trabajó hace ya 4 años mi hermano, el cual 2 años después de su muerte, cerró para siempre y se quedó en el olvido de todos, menos en mí, yo siempre miraba por la ventana de mi habitación y observaba aquel oscuro sitio donde Michael dedicó su vida desde los 17 años hasta los 32 años.
Me levanté de mi cama, me puse mi chaqueta negra y me coloque la capucha, me puse mis pantalones favoritos, unos jeans rojos que me regaló Michael por mi aniversario, seguido me puse mis bambas negras Me acerqué sigilosamente hacia el lugar, eran las 4 de la madrugada y solo se escuchaban las luciérnagas y algún que otro mosquito, cuando entré, después de haber saltado la valla que rodeaba la zona, vi una sombra pasar por detrás de mí muy rápidamente, seguido, escuche una sonrisa, seguí el camino sin darle mucha importancia, solo quería saber que le pasó a Michael, pero de pronto, en un reflejo de un pedazo de cristal de un viejo espejo redondo que había apoyado en una esquina de la pared, vi a un hombre vestido de naranja con muchas cicatrices en la cara y sin ojos ni boca, no tenía rastro, pero me estaba hablando, me dijo con mucha delicadeza: ahora es tu turno, vamos a jugar. Salí corriendo del lugar, pero casi en la puerta de salida me tropecé y caí al suelo, miré y no había nada con que me pudiera haber tropezado, el suelo estaba despejado, solo había suciedad, y machas de humedad, de repente veo aquella silueta terrorífica flotando acercándose sin tocar los pies con el suelo rápidamente hacia mí, cerré los ojos y recé todo lo que pude, pero en aquel momento, en la parte más profunda de mi corazón, había un pedacito de nostalgia y a la vez venganza. Aquella diabólica alma, se metió dentro de mí, y consiguió liberar toda mi maldad, la cual era diminuta pero fue aumentando y remplazando la buena persona que tibia, con solo maldad.
Mis ojos se volvieron negros y mis pupilas empezaron a cambiar de color a un tonto amarillento, mi piel empezó a ponerse grisácea y mis ganas de matar aumentaron de forma que se convirtió en un hobby, igual que ver las comedias de payasos, era algo extraordinario, me sentía muy poderoso, me sentía sinceramente mejor, ya que gracias a esto, pude superar las muertes de mi hermano Michael y de mi madre. Me pregunté; ¿Quién tuvo la culpa de todo esto que me ha pasado? y mi corazón me dio una respuesta, y era la siguiente; Todo aquel que te conozca tiene la culpa... Cerré los ojos, y pensé, ''It's my turn, let the game begin'' (Es mi turno, que empiece el Juego). Agarré un cuchillo, me cosí la boca ya que no necesitaba hablar, mi corazón hablaba por mí, y me fuí para siempre, jamás supieron de mí, y mataré a todos los que me conozcan, llámame Johnny Crime.